El Consentimiento es un DDHH

Actualmente se replantean los DD.HH. desde una perspectiva solidaria acabando con la idea de “donde empieza mi derecho, acaba el tuyo”. En este sentido, la sociedad civil cobra una importancia enorme frente al tradicional protagonismo exclusivo de la persona individual. La solidaridad es clave para la integración de la diversidad de intereses particulares en un interés común, que se basa en el reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos como iguales. En otras palabras, la solidaridad se convierte en el criterio que guía las relaciones entre personas y comunidades, promoviendo la cooperación y la búsqueda del bienestar colectivo.

Los FeminismoS se erigen como el gran exponente de esta transformación, enfatizando en el ejercicio de “donde comienza mi derecho NO termina el tuyo” ya que son movimientos inclusivos y diversos que no hacen distinciones basadas en género, raza o cualquier otra característica. Su lucha se basa en la premisa de que la conquista de derechos individuales implica poner el cuerpo y el esfuerzo colectivo para asegurar que esos derechos sean accesibles para todas las personas, sin importar su identidad de género. En este sentido, los Movimientos Feministas encarnan el espíritu de solidaridad y cooperación que impulsa la redefinición de los DD.HH. como derechos de la comunidad, donde la sociedad civil juega un papel crucial en la búsqueda de la igualdad y la justicia para todas, todos y todes.

La Batalla Cultural y las Políticas en las Instituciones son dos fuerzas poderosas que a menudo chocan y se entrelazan en la sociedad. A lo largo de la historia, ha sido común, que la sociedad civil haya ido muy por delante en términos de valores y cambio social, mientras que las políticas y las leyes han tendido a rezagarse. Sin embargo, en ocasiones, como con la Ley De Libertad Sexual que ha puesto el consentimiento en el centro del discurso social, es primera vez que las Políticas Institucionales se adelantan dando respuesta a un problema estructural social.

El consentimiento se ha convertido en el tema central en la conversación pública, lo que ha encendido la llama de una Batalla Cultural importante. Cada discurso no es simplemente el resultado de lo que se dice en el momento, sino que se construye a partir de capas culturales, gestos, actitudes y formas de comunicación no verbal. Los discursos sociales son transformaciones simbólicas en las formas culturales y sociales.

Jenni Hermoso, sin quererlo, se ha convertido en ese catalizador que ha llevado a la calle la batalla cultural sobre el consentimiento, batalla que por cierto hemos ganado. Ni los medios de comunicación, ni politicuchos, ni señoros en general se lo han visto venir, a pesar de la campaña mediática más agresiva, rozando lo bélico y sin precedentes en la historia de nuestra democracia en contra de “Sí es sólo Sí”.

Para llegar hasta aquí, muchas mujeres (con vulva o con pene), muchísimas Mujeres, en mayúsculas, a lo largo de la historia hemos sido silenciadas, invisibilizadas, maltratadas, agredidas, cosificadas, asesinadas y un largo etcétera. No sólo hemos ganado un Mundial De Fútbol, hemos pisoteado a una parte del patriarcado y sembrado una semilla por cada mujer de este mundo para un futuro más bonito.

¡¡¡¡Esto es solo un comienzo de lo que estar por llegar!!!! Señoros míos, yo en vuestro lugar, también estaría acojonado. La sociedad está en constante evolución, y la lucha por la igualdad y el consentimiento continúa.

Marina Liberato Olmedo

27/08/2023