¡¡Por una Palestina Libre!!

Publicado el 13 de octubre de 2023, 17:02

Quiero empezar condenando enérgicamente cualquier tipo de ataque ¡venga de donde venga! El uso de La violencia nunca es la solución, porque solo perpetúa el ciclo de violencia y sufrimiento. La violencia puede causar daño a civiles inocentes, destruir infraestructuras y recursos valiosos, y aumentar la inestabilidad y la inseguridad en la región. Además, la violencia impide el proceso de paz. El único camino es buscar soluciones pacíficas que aborden las causas subyacentes del conflicto que promuevan la reconciliación, el diálogo y la cooperación entre las partes involucradas. Esto puede incluir medidas como el cese al fuego, la mediación internacional, el diálogo directo entre las partes y la construcción de un proceso de confianza. Puede llevar tiempo y esfuerzo, pero es esencial para garantizar un futuro más seguro y estable para todas las partes involucradas.

 

El conflicto palestino-iraelí no se puede entender fuera de su contexto histórico, al igual que la defensa de una Palestina libre que tiene derecho a la autodeterminación y a la creación de un Estado independiente y soberano. Este conflicto plantea preguntas cruciales sobre la justicia, la convivencia y la búsqueda de soluciones pacíficas. La historia de la ocupación de Israel se entrelaza con la lucha del pueblo palestino por la autodeterminación y el reconocimiento de sus derechos fundamentales. Desde la Declaración Balfour en 1917 y el Mandato Británico para Palestina en 1922, hasta los acontecimientos recientes, el conflicto ha infligido profundas heridas en ambas comunidades.

 

Si nos hundimos en sus raíces, debemos remontarnos a la Declaración Balfour de 1917 y el Mandato Británico para Palestina de 1922. Desde entonces, se han vivido momentos cruciales como los disturbios de la década de 1930 y la aprobación del Plan de Partición de Palestina por parte de las Naciones Unidas en 1947. La declaración del Estado independiente de Israel en 1948 y las subsiguientes guerras árabe-israelíes marcaron hitos en la historia de la región. La Guerra de los Seis Días en 1967 resultó en la ocupación de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Oriental y los Altos del Golán, lo que llevó al desplazamiento de medio millón de palestinos. Algunos de los aspectos históricos más significativos para su entendimiento son:

  • La partición de Palestina propuesta por la ONU en 1947, aceptada por los judíos pero rechazada por los árabes, lo que desencadenó la primera guerra árabe-israelí en 1948.
  • La creación del Estado de Israel en 1948 y el desplazamiento de cientos de miles de palestinos que se convirtieron en refugiados.
  • La ocupación israelí de la Ribera Occidental, Gaza, Jerusalén Este y los Altos del Golán tras la Guerra de los Seis Días en 1967, y el inicio del movimiento de colonización judía en estos territorios.
  • La emergencia de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como representante del pueblo palestino y su lucha armada contra Israel, tanto dentro como fuera de la región.
  • Los acuerdos de paz de Oslo firmados entre Israel y la OLP en 1993, que establecieron el reconocimiento mutuo y la creación de una Autoridad Nacional Palestina con autonomía limitada en parte de los territorios ocupados.
  • El estallido de las dos Intifadas (levantamientos populares) palestinas en 1987 y 2000, que expresaron el descontento y la frustración de los palestinos ante la ocupación israelí y el incumplimiento de los acuerdos de paz.
  • El surgimiento del movimiento islamista Hamás como rival de la OLP y su victoria electoral en 2006, que provocó una división interna entre los palestinos y una confrontación armada con Israel.
  • El bloqueo israelí sobre Gaza desde 2007, que ha agravado la situación humanitaria y económica de la población palestina.

 

Los intentos fallidos de reanudar el proceso de paz entre Israel y Palestina, obstaculizados por cuestiones como el estatus de Jerusalén, el derecho al retorno de las personas refugiadas, las fronteras definitivas, la construcción de asentamientos ilegales en sus tierras, la demolición de sus hogares y la violación de sus derechos humanos básicos hace que nos replanteemos décadas de sufrimiento a causa de la ocupación israelí. La creación de un estado palestino independiente sería un paso importante hacia la paz y la estabilidad en la región.

 

El reconocimiento de Palestina como Estado independiente no es sólo una aspiración legítima, sino también un componente esencial para la paz y la estabilidad en Oriente Medio. Esta medida no significa el fin del estado de Israel, sino que representa un paso hacia la coexistencia pacífica y la resolución de los problemas comunes. Ambos estados, uno israelí y otro palestino, pueden coexistir y trabajar juntos sobre un espíritu de cooperación, abordando los desafíos compartidos y construyendo un futuro en el que ambas naciones prosperen. Este derecho es un principio básico consagrado en el derecho internacional, y su reconocimiento es un paso hacia la resolución de un conflicto que ha perdurado demasiado tiempo. El pueblo palestino merece la oportunidad de decidir su propio futuro.

 

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